A todos nos hace ilusión mejorar en alguno de los campos de la vida. Mejorar en el trabajo, en aquellas relaciones personales más débiles o en los hábitos saludables son solo algunos ejemplos. El objetivo siempre es sentir bienestar con nosotros mismos, sentirnos capaces de todo y lograr superar los obstáculos que se cruzan por nuestro camino. Pues bien, esta sensación tiene un nombre: éxito personal. Es el tema que trataremos en el artículo de hoy y, ya te avanzamos, más que un destino, es un camino constante. Ahora dínos, ¿estás preparado para empezar a recorrerlo?
Para lograr el éxito personal es fundamental que la confianza contigo mismo sea tu compañera de viaje. Por eso es lo primero que queríamos mencionar. Abre tu equipaje y guarda un sitio privilegiada para dos palabras clave «yo puedo». Y es que solo cuando realmente interiorizas este mensaje, eres capaz de pasar a la acción. Si ya las tienes, empezamos…
El viaje hacia el éxito personal
Por otra parte, es necesario que los objetivos que nos planteemos sean autoconcordantes con el nivel de vida que llevamos. Es decir, hay que ser realistas. Sheldon y Elliot, en su “Modelo de Autoconcordancia”, definieron que las personas podemos elegir (o no) objetivos que concuerden con nuestros valores y cuya motivación sea intrínseca. Por ejemplo, si solo queremos ascender para ganar un sueldo mayor, cuando lo logremos, nos sentiremos satisfechos pero solo durante un breve periodo de tiempo. Si detrás no hay una razón sólida mayor que nos haya motivado hacia ese cambio, volveremos a la insatisfacción del origen. Es el pez que se muerde la cola.
La actitud también es clave. Cuando aceptamos que hay adversidades, podemos hacer frente a ellas porque también somos capaces de reconocer que habrá otros episodios más positivos. Que no todo es blanco o negro. Que también hay espacio para los grises que están llenos de matices. La mejor receta es la del optimismo en todos los ámbitos y de forma perseverante.
Él éxito está en saber que los problemas siempre van a existir pero las soluciones también.
Veamos cuáles son los 4 pilares fundamentales para la receta del éxito:
- ¿Cuál es tu propósito de vida? Si no tenemos claro dónde está lo que nos hace feliz, no podemos empezar el camino. O, si lo hacemos, no será extraño que perdamos la motivación en el trayecto. La vocación va asociada con esta decisión y tiene más peso del que creemos.
- Planificación: los planes siempre irán en dirección a esos propósitos y nos ayudarán a canalizar la energía y los esfuerzos.
- Acción: muchos tienen claro lo que quieren conseguir pero no el precio para ello. Un precio que, no está de más recordarlo, no es una cuestión económica. Es un precio de consistencia, de coherencia con uno mismo, de superación, de tenacidad.
- Trascendencia: significa no conformarse con el primer reto conseguido y seguir superándote.
Sería bonito que fuera por arte de magia pero cualquier cambio que queremos introducir en nuestra vida supone un esfuerzo. Y, lo cierto, es que eso lo hace aún más interesante porque cuando conseguimos hacerlos realidad, es por nuestro mérito. Ahí es dónde está el sabor del éxito.
Estos principios te ayudarán a disfrutar del camino, a recoger las pequeñas enseñanzas que aprenderás en el trayecto y a ser consciente del viaje.
¿Cuándo dices que empiezas?
Para nosotros, el éxito es distinto para cada persona. Esa visión nos permite adaptar las estrategias para que tú lo consigas. Ponte en contacto y cuéntanos lo que quieres conseguir. Con nuestro equipo, lo podrás hacer realidad.